Vertían tus palabras los caudales
de la fuente del amor que te nutría.
Como lirio con alas te nacía
el cielo entre los labios vegetales.
Anunciabas amor: versos pascuales
en que Dios deposita la Alegría.
Eras regocijo claro en rebeldía:
ruiseñor pronunciando los rosales.
Tus palabras quedaron manuscritas
en calles, en talleres, en ermitas..
donde el hombre transita los minutos.
Tus palabras profundas y sencillas
siguen sembrando fértiles semillas
que Dios fecunda con maduros frutos.