16/8/23

HABLA EL HIJO PRÓDIGO EN SU RETORNO

 


 




Han muerto, padre, han muerto las deidades

que alejaron mi vida de tu orilla.

Desnuda está mi alma en esta arcilla

de mi cuerpo reptando vanidades.

 

Hay una soledad de soledades

en el camino de retorno. Brilla

una saeta cruda y amarilla

en mi polvo infinito de maldades.

 

Y sin embargo, tú, padre me esperas.

Tú acoges mis andrajos de mendigo.

Tú lloras cada día mis estrellas

 

que vierten en mi otoño primaveras.

Álzame, padre quiero estar contigo

y desandar e frío de mis huellas.