Leve carga de luz y de esperanza
llevas en tu regazo niquelado.
Tu corazón de hierro doblegado
late roncos gemidos cuando avanza.
Los niños improvisan bella danza
al temblor de tu impulso y tu frenado,
y tu aliento de humo liberado
canta su nube azul que al cielo alcanza.
Autobús del colegio, hogar de paso
que cobijas de lluvias y de hielo
en tu nido de técnica y cariño,
sé siempre fiel, no llegues con retraso
a la cita inocente del anhelo
y si tienes un hueco…soy un niño.