Cruz: nombre que engendra en mis entrañas temblores lacerantes.
Tengo miedo a la cruz.
A veces se encrespan airadas cruces indescriptibles
y deseo huir y no sé dónde.
A caso Tú, Señor, me puedas enseñar.
Tú, que estás clavado en la Cruz, derramando paz infinita
desde ella.
Sólo Tú, crucificado, me puedes descrucificar
Sólo, prendido en tu Cruz, podré alejar
el miedo a mis cruces sin Ti.
Los mártires, tus testigos, morían cantando.
¿Qué pasaba dentro de ellos?
¿Qué beso de tu Carne crucificada aliviaba su dolor?
¿Qué corriente de cálida sangre en sus venas
convertía todo en amor?
Transfúndeme tu Sangre, Dios crucificado,
para hacer fértil la pobreza de mis cruces
y sumarlas a tu Cruz
corredentoramente.